OTRA CAJA

No hace mucho, tuve el privilegio de tomar un desayuno con una doctora Neurofisióloga. Me hablaba con pasión de su trabajo y de las distintas interpretaciones de un EEG

En resumidas cuentas las definiciones aportadas por mi amiga las podríamos encuadrar y resumir en lo siguiente:

El EEG (Electroencefalograma) mide la actividad eléctrica del cerebro en diferentes regiones y patrones. Las ondas cerebrales que se registran en el EEG se dividen en diferentes bandas de frecuencia, que se correlacionan con diferentes estados mentales y emocionales. A continuación se describen las diferentes regiones y patrones del cerebro que se pueden medir con el EEG:

 

Patrones de actividad cerebral:

 

El EEG también puede medir diferentes patrones de actividad cerebral, como las ondas alfa, beta, delta y theta. Estas ondas cerebrales se correlacionan con diferentes estados mentales y emocionales, como la relajación, la concentración, el sueño y la atención.

En resumen, el EEG puede medir la actividad eléctrica en diferentes regiones del cerebro y detectar patrones y cambios en la actividad cerebral que pueden proporcionar información valiosa sobre la función cognitiva y la salud del cerebro.

Existen diferentes tipos de ondas cerebrales que se pueden medir con el EEG (Electroencefalograma). A continuación, se describen los cinco tipos principales de ondas cerebrales que se observan en el EEG, clasificados según su frecuencia:

Cada tipo de onda cerebral tiene una frecuencia y amplitud características que pueden proporcionar información valiosa sobre la actividad cerebral y los estados mentales y emocionales de una persona. Los médicos y los investigadores utilizan el EEG para detectar patrones y cambios en la actividad eléctrica del cerebro, lo que puede proporcionar información valiosa sobre la salud y el funcionamiento del cerebro.Realmente es espectacular lo que podemos determinar mediante los medios técnicos. Pero mi curiosidad respecto a la visión “técnica” del cerebro iban en otro sentido. Se me ocurrió el atrevimiento de preguntarle a mi amiga.

¿con las imágenes aportadas por los EEG, serías capaz de ver o analizar  si esa persona es feliz?

Aún fue más sorprendente su respuesta.

SI.

Y añadió , No sé lo que hay, pero hay algo es esas imágenes que puestas en comparación con otras, manifiestan claramente la diferencia entre un hombre feliz y otro que no lo es.

Insistí

¿el que?

No lo sé pero , el de la persona infeliz es “feo”, aunque las gráficas son correctas.En este contexto le compartí unos pensamientos suscitados en esa “fealdad” o “belleza” de unos datos netamente científicos.

A continuación transcribo -aunque no literal- esos pensamientos compartidos.

¿y si tuviéramos otra “caja” , ¿  Otro lugar más profundo, no medible, y que actúe sobre el “yo”, el ser humano, la persona en definitiva.

Una caja dónde se produzcan los efectos que hace que la gráfica sea “bonita” o “fea”, algo simular a un matiz de color invisible al ojo humano pero que le de un nuevo sentido a lo medible, a lo visual, a lo méramente técnico.

Es la caja que contiene las percepciones mas sutiles del “yo” profundo, donde queda grabado lo vivido y sentido.

Esas improntas percibidas forman parte del lienzo  que somos, y les da matices , y algunas veces son efecto multiplicador de vivencias presentes y se manifiestan de modo recurrente en nuestro vivir diario, dan luces y sombras a lo que somos.

En todo caso, si alguna “fealdad” aparece en nuestro EEG, no es accesible la transformación a belleza sin en el acceso a esa otra caja, puesto que el origen no está ni en la actividad ni en los patrones cerebrales,